La militaria adquiere todo su significado cuando, junto a las armas, implica coleccionar medallas y recuerdos. Sombreros, uniformes, documentos y otros trofeos antiguos relacionados con el mundo militar son numerosos y preciosos. La época napoleónica y los sucesivos regímenes políticos en Francia (Primer Imperio, Directorio, Restauración, etc.) y en todo el mundo ofrecen tesoros sublimes para los aficionados. Este año, el centenario de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) despierta un renovado interés por los objetos de recuerdo de aquella época. Las tasaciones y valoraciones de estos objetos son esenciales para justificar su procedencia exacta.

Una colección puede centrarse en un periodo concreto o en un género específico. Los uniformes y sus diversos componentes, por ejemplo, son un género interesante. Dependiendo de su historia, valen más o menos. Las subastas también pueden aumentar considerablemente su precio. Un bicornio napoleónico, por ejemplo, alcanzó los 1,884 millones de euros en noviembre de 2014 (Fontainebleau). Este ejemplar autentificado es uno de los 19 bicornios que pertenecieron a Bonaparte.

Las medallas son especialmente valiosas y codiciadas: además de condecoraciones como la Legión de Honor, están las concedidas por diversos actos de guerra. También hay medallas de otros países. Además de su significado histórico, su valor reside también en la forma en que están fabricadas. Por ejemplo, la medalla de oro de la creación del Estado de Israel (1948), a la venta en línea, se estima en 650 euros. El conjunto de caballero de la Orden de San Andrés, que data de Pedro el Grande de Rusia (1698), fue adquirido por 1,4 millones de euros; además de la pieza principal, finamente compuesta de lentejuelas, láminas y canutillos de plata, la joya incluye un collar de oro esmaltado y cincelado de 150 cm de largo…

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